Brillos con oda Al destino...

Bienvenido al sueño del fracaso eterno, donde el dolor marcha en procesión al lado del amor y lo fétido. Bienvenida naturaleza, carne, briza y dolor.

Cuéntame lo que existe, cuéntame lo que produce el final de un dolor y miedo llamado realidad, donde solo puedes ver a donde quieres ver, donde las bolsas de cristales, están viviendo juntas con la tierra, el fango y la maleza sin cortar.

El piano, crea sonidos de silencio esta noche, cuando la pólvoras de miedo rozan la cara de los inocentes ya sin vida, donde cada uno de los mensajeros del destino, son corrompidos con la oscuridad y la simpleza de solo ser dueño del mundo.

Donde el caos, circula las venas, donde el panorama del rencor y miedo, aguardan a la esperanza, y la conduce a alguno de los soplos de su muerte, a la gente que quiere creer, por creer.

¿Cual es el milagro?, ¿cual es el dolor de otoño?,¿ donde se desaparecen las ilusiones?,¿ y donde muere lo incomprensible?, sobre todo,¿ donde desaparecen las voces de seres quieres conocieron la verdad?.

¿Cuando podremos mirar el infinito?, ¿ cuando podremos dejar de ocultarnos?,¿ cuando la esencia de uno mismo, brotará su conocimiento?.

(…)

Nos alegramos con suplicios de calor, nos volvemos madera en llamas cuando sentimos amor, vida, misterio, y agonía.

Caminamos, siempre con el pasado de este a oeste, “y el destino me abre las puertas hacia su corazón, pero soy muy testarudo para poder creerle”.

“En el fondo de mi ser no cree, nunca he creído, solo mi silueta es el que habla”

¿Quien nos enseña a fracasar?,¿ quien, quien nos enseña a buscarnos?.

Lloro, existo, me identifico con algo que no tiene sentido, le doy vida, le doy brillo y después lo dejo ir, tratando de algún día contemplar la esperanza de mi pasado.

(…)

Atrás, no me miren, no se acerquen a mi, déjenme mirarla otra vez, “quiero saber si ella existía antes”.

¿Que fue lo que vieron en mi ser?; atrás, déjenme pasar quiero saber que le pasó a mi yo interior.

Noto que mi venida a mi mundo está renaciendo, noto que las piezas de un sistema conocido me aprisionan; nací en un espacio de tiempo a punto de colapsar, vivo en un punto muerto entre la acción y la tranquilidad.

Vivo en lo dorado y lo opaco, de sentirme bien conmigo mismo, ¡solo con dosis amargura oculta!.

Contemplo la sangre, contemplo la despedida de mi don por esta noche, noto que todo el dolor que se demuestra en estos chasqueados de teclado muerto, es por un factor de tratar de comprender a mi mismo y buscar más dolor.